La tecnología se convierte en tu responsabilidad.

Cualquier sitio web alojado de forma personal necesita primero configurarse en el servidor. Esa es la parte más simple. La agencia se encarga de todo, hasta que acabe el proyecto web… Después, ya no hay nadie para encargarse del sitio web día y noche. Nadie es responsable.A nadie le importa realmente excepto a ti.

La empresa de alojamiento gestiona todo lo que estébajo el motor del sitio web: el hardware, el software que se encuentra detrás, la conexión. La agencia web puede ayudarte con todo lo que se encuentra arriba: el diseño, el contenido, el marketing.

Las personas que desarrollan el motor deberían ayudarte con la parte intermedia. Pero eso no funciona así… Ellos no pueden ayudarte con la ejecución. Las actualizaciones y la corrección de errores solo te llegan si pides a la agencia que lo haga manualmente.

Si algo sucede, el proceso de arreglarlo es lento y costoso. Ser responsable de algo sobre lo que careces de conocimientos no merece el riesgo. En su lugar, sería mejor cambiar a un servicio web.

La personalización de cualquier motor se vuelve un futuro coste.

A los diseñadores les encanta personalizar el software: cambiar una parte del código para que encaje con alguna idea que les vino. La programación es como practicar un idioma que no conoces. Y su recompensa es estar contento de ver su idea implementada junto con otros cambios.

Entras cada día. Dos meses después oyes por casualidad que la versión concreta del CMS de código abierto que se instaló para ti puede ser fácilmente hackeado. Podrían estropear el aspecto de tu sitio web y cambiar la página de inicio por algo erótico.

Resulta que el diseñador de tu agencia web se ha tomado unas largas vacaciones. Una semana después te asignan otro diseñador. Le lleva 2 días actualizar el CMS tras tu sitio web. Debería haber llevado solo 30 minutos, pero la parte del código escrito específicamente para ti no funcionó con la nueva versión del CMS. El otro tipo perdió el tiempo rescribiéndolo.

Y entonces llega la factura. Es generosa. Solo pagas un par de cientos de euros. ¡Y ni siquiera llevó un mes entero hacerlo!

Fastidia. En vez de eso, podrías haber utilizado un servicio web  y no haber tenido que molestarte. No hay que esperar, no hay pagos extra, ni necesidad de avisar tú mismo de los abusos o problemas. No habría sido tu responsabilidad.

Cualquier CMS se centra en las características, no en el usuario.

Un modo de crear una aplicación es construir todo entorno a lo que el usuario quiere obtener. Es una ruta ascética. La clave está en hacerlo sencillo, en dejar cualquier paso excesivo, cualquier decisión innecesaria o herramientas a largo plazo. Se trata de predecir el flujo de trabajo, de mejorar constantemente. Edicy nace así.

Otro enfoque es la manera de hacer los CMS. Se trata de construir todo entorno a las características. Existe cualquier característica o complemento que puedas imaginar, por no mencionar las inimaginables. Y toda esta diversión viene con un ajuste en el pago a la vez que la experiencia se llena de opiniones, decisiones y herramientas excesivas.

El inconveniente es enorme. Las tareas simples llevan tiempo y esfuerzo porque la interfaz está demasiado abarrotada. Cada usuario nuevo necesita aprender puesto que el flujo de trabajo no es intuitivo. El comportamiento varía según los complementos. Lo único optimizado es la experiencia del diseñador.

Junto con el resto de cosas que fastidian de tener sitios web alojados de manera personal, deberías pensarlo dos veces antes de invertir en ellos.